Esclavitud a la forma,
reveldìa cotidiana.

Baja la cabeza y sucumbe al sueño.

Sereno y tolerante
cabalga tu suerte.

Escalvitud, honda deferencia
a la voz que fue vientre.

Reveldìa cotidiana
al detalle que se olvida.

Todavìa respiran
tus ansisas de vuelo limpio,
todavìa se asoman
en palmas y visceras ajadas.

suelta el pàjaro

"Suelta tranquilo el pàjaro"
-exclama la voz temida-
pero suèltalo en este tibio

por siempre nuestro

recinto.



RECINTO (del lat. "re-" y "cinctus", cercado) m. Cualquier *espacio cerrado o limitado; frecuentemente se le adjunta redundantemente el adjetivo "cerrado": "No se encuentra bien en un recinto cerrado". *Aprisco, *cámara, celda, cercado, cinto, *corral, coto, cubículo, encierro, estadio, *habitación, instalaciones, *local, *palenque, parque, *solar. *Espacio. *Lugar.

DEFERENCIA (del lat. "deferens, -entis")
("Por, Tener, Mostrar una") f. Amabilidad o *atención con que se muestra respeto o consideración hacia alguien, bien asintiendo a sus opiniones, aunque no se compartan, bien cediéndole un derecho o algo que uno disfruta, o reservándole un lugar preferente: "No le contradije por deferencia. Le colocaron, por deferencia, en la cabecera de la mesa. Me cedió, por deferencia, su butaca". *Amable.

SUCUMBIR intransitivo
1
ceder, someterse, rendirse. resistirse, aguantar.
Aluden a la acción de entregarse o deponer la lucha, ya sea con referencia a una contienda real o guerra, ya sea con referencia a una lucha moral: sucumbir ante el enemigo; sucumbir a la tentación.
2
caer*, perecer*, morir, fallecer. vivir.

ANSIA (del lat. "anxiare") tr. Desear alguien una cosa tan importante para su bienestar o felicidad, que su no posesión le causa sufrimiento.

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Yendo por aquel campo, aparecían, de pronto...

Yendo por aquel campo, aparecían, de pronto, esas extrañas
cosas. Las llamaban por allí, virtudes o espíritus. Pero, en
verdad eran la producción de seres tristes, casi inmóviles,
que nunca se salían de su lugar.
Estancias al parecer, del otro mundo, y casi eternas,
porque el viento y la lluvia las lavaban y abrillantaban, cada
vez más. Era de ver aquellas nieves, aquellas cremas,
aquellos hongos purísimos... Esos rocíos, esos huevos,
esos espejos.
Escultura, o pintura, o escritura, nunca vista, pero, fácilmente
descifrable.
Al entreleerla, venía todo el ayer, y se hacía evidente
el porvenir.
Los poetas mayores están allá, donde yo digo.

Marosa di Giorgio-De "Clavel y tenebrario" 1979
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