tienes a ratos
la cara del exilio
èse que busca voz en tus poemas
J. Cortàzar



· a pesar de las palabras de la mirada sostenida de los abrazos a capella de la complicidad de las horas a la hora de la espina del picor de sienes del remezòn de las certezas por màs comuniòn anhelos y votos corriendo como rata que abandona el barco te veo tropezar pisando tus palabras tu bla bla bla tu eufemismo de guirnaldas para esconder lo evidente, el sinsentido·

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Yendo por aquel campo, aparecían, de pronto...

Yendo por aquel campo, aparecían, de pronto, esas extrañas
cosas. Las llamaban por allí, virtudes o espíritus. Pero, en
verdad eran la producción de seres tristes, casi inmóviles,
que nunca se salían de su lugar.
Estancias al parecer, del otro mundo, y casi eternas,
porque el viento y la lluvia las lavaban y abrillantaban, cada
vez más. Era de ver aquellas nieves, aquellas cremas,
aquellos hongos purísimos... Esos rocíos, esos huevos,
esos espejos.
Escultura, o pintura, o escritura, nunca vista, pero, fácilmente
descifrable.
Al entreleerla, venía todo el ayer, y se hacía evidente
el porvenir.
Los poetas mayores están allá, donde yo digo.

Marosa di Giorgio-De "Clavel y tenebrario" 1979
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