Caquexia del deseo

la mujer inconveniente
dice su nombre
y los sonidos
tin tin tin
se acomodan como pàjaros
en los cables de un poste

se miran, se dicen
ninguno quiere volar

maquillan sus mejillas,
bordan pañuelos,
silban gravemente,
callan

sueltan sus cuerpos
como migas

la huella devorada,
pinta la silueta
del fulgor inapetente

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1 Response to

  1. Alegría says:

    'mujer inconveniente'
    Me sentí -no tan- identificada.

    :)

Yendo por aquel campo, aparecían, de pronto...

Yendo por aquel campo, aparecían, de pronto, esas extrañas
cosas. Las llamaban por allí, virtudes o espíritus. Pero, en
verdad eran la producción de seres tristes, casi inmóviles,
que nunca se salían de su lugar.
Estancias al parecer, del otro mundo, y casi eternas,
porque el viento y la lluvia las lavaban y abrillantaban, cada
vez más. Era de ver aquellas nieves, aquellas cremas,
aquellos hongos purísimos... Esos rocíos, esos huevos,
esos espejos.
Escultura, o pintura, o escritura, nunca vista, pero, fácilmente
descifrable.
Al entreleerla, venía todo el ayer, y se hacía evidente
el porvenir.
Los poetas mayores están allá, donde yo digo.

Marosa di Giorgio-De "Clavel y tenebrario" 1979
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