si alguien pudiera enterrarte los dientes afilados en los cachetes o en las orejas y chuparte el sueño, el teatro idiota que te montaron, la sonrisa desollada, la tristeza falsa de aferrarte entero a la poca vida, y ahi en tu cara escupirte las valijas, que veas, que huelas la basura, que agradezcas la mordida con dos colas y panfletos y solo en la multitud de tu cama, pidas queso y te den hueso; que despiertes helado en la soledad de los camarines donde ya no quede ningún muerto a quien robarle el traje
a los que agazapados
anhelan
los dientes

. Bookmark the permalink.

2 Responses to

  1. leo, releo, vuelvo a leer...hace mucho que no leía algo suyo de la hebra, si cada vuelta va a tener esta intensidad esperaré lo que sea necesario porque vale la pena...su letra hace pie en mi

Yendo por aquel campo, aparecían, de pronto...

Yendo por aquel campo, aparecían, de pronto, esas extrañas
cosas. Las llamaban por allí, virtudes o espíritus. Pero, en
verdad eran la producción de seres tristes, casi inmóviles,
que nunca se salían de su lugar.
Estancias al parecer, del otro mundo, y casi eternas,
porque el viento y la lluvia las lavaban y abrillantaban, cada
vez más. Era de ver aquellas nieves, aquellas cremas,
aquellos hongos purísimos... Esos rocíos, esos huevos,
esos espejos.
Escultura, o pintura, o escritura, nunca vista, pero, fácilmente
descifrable.
Al entreleerla, venía todo el ayer, y se hacía evidente
el porvenir.
Los poetas mayores están allá, donde yo digo.

Marosa di Giorgio-De "Clavel y tenebrario" 1979
-