...se cuentan las cosas como si el tiempo abreviara o de alguna manera, hiciera una síntesis de lo que cree importante de nuestras vidas. qué osadía! quién mas que el tiempo tiene ese derecho ganado? tanta filosofía, tanta biblia, tanto moco que al final la carcajada nos apuñala por la espalda, y no se tiene la certeza de decir nada bien

esos días nos preocupábamos de re inaugurar los rincones de la casa, y empezamos por dejar pegados a los azulejos del baño, todos nuestros pelos después del baño que terminaba en amorfas criaturas del mar. también hicimos nuevos dibujos en las paredes de nuestra pieza, pero sobre todo le agregamos colores

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2 Responses to

  1. Alegría says:

    Tremendamente cotidiano.

  2. Anónimo says:

    Me encantó..!

Yendo por aquel campo, aparecían, de pronto...

Yendo por aquel campo, aparecían, de pronto, esas extrañas
cosas. Las llamaban por allí, virtudes o espíritus. Pero, en
verdad eran la producción de seres tristes, casi inmóviles,
que nunca se salían de su lugar.
Estancias al parecer, del otro mundo, y casi eternas,
porque el viento y la lluvia las lavaban y abrillantaban, cada
vez más. Era de ver aquellas nieves, aquellas cremas,
aquellos hongos purísimos... Esos rocíos, esos huevos,
esos espejos.
Escultura, o pintura, o escritura, nunca vista, pero, fácilmente
descifrable.
Al entreleerla, venía todo el ayer, y se hacía evidente
el porvenir.
Los poetas mayores están allá, donde yo digo.

Marosa di Giorgio-De "Clavel y tenebrario" 1979
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